Las Naciones Unidas y grupos defensores de los derechos humanos levantaron este martes la voz ante la violenta represión de las manifestaciones ocurridas en Irán tras la muerte de una joven detenida por la policía de la moral.
Mahsa Amini, de 22 años, murió el viernes tres días después de ser hospitalizada tras su arresto por la policía por violar el estricto código vestimentario que se impone en Irán a las mujeres, en especial el porte del velo.
Según las autoridades iraníes, la joven falleció por causas naturales, pero según informaciones difundidas por activistas y la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos fue golpeada violentamente en la cabeza y contra un vehículo de la policía de la moral.
Su muerte ha provocado protestas en la capital, Teherán, pero los más violentos enfrentamientos se produjeron en la provincia del Kurdistán iraní, de donde era originaria Amini. Activistas de derechos humanos dijeron que cuatro manifestantes resultaron muertos en estos enfrentamientos, y decenas heridos y detenidos.
Testimonios y videos que circulan en las redes sociales «indican que las autoridades usaron gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes y aparentemente utilizaron fuerza letal en la provincia del Kurdistán», dijo Human Rights Watch, ONG basada en Nueva York.
– «Preocupación» de la ONU –
En Ginebra, «la Alta Comisionada Interina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Nada Al Nashif, expresó hoy (martes) su preocupación por la muerte de Mahsa Amini durante su detención y por la violenta reacción de las fuerzas de seguridad iraníes ante las manifestaciones que siguieron».
«La trágica muerte de Mahsa Amini y las denuncias de tortura y malos tratos deben ser investigadas de manera rápida, imparcial y eficaz (…)» agregó Al Nashif.