El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió el martes a los dirigentes del orbe reunidos en Nueva York del riesgo de “un invierno de descontento mundial” debido a la “tormenta perfecta” de múltiples crisis que se abate sobre el planeta.
“La crisis del poder adquisitivo se desata, la confianza se desmorona, las desigualdades se disparan, nuestro planeta arde, la gente sufre, sobre todo los más vulnerables” y, a pesar de ello, “estamos bloqueados por una disfunción global colosal”, lamentó Guterres en la apertura de la Asamblea General de la ONU en Nueva York.
Unos 94 países, con 1.600 millones de personas -la mayoría en África-, se enfrentan a “una tormenta perfecta: secuelas económicas y sociales de la pandemia, aumento de los precios de los alimentos y la energía, enormes deudas, espiral de la inflación y falta de acceso a los mercados financieros”.
“Estas crisis amenazan al propio futuro de la humanidad y el destino del planeta”, advirtió. “No nos hagamos ilusiones. Estamos en un mar agitado. Un invierno de descontento se perfila en el horizonte”.
Pese a los peligros, la comunidad internacional está “paralizada”, lamentó el secretario general, que alerta del “riesgo de división entre Occidente y el Sur”.
“Las divisiones políticas socavan el trabajo del Consejo de Seguridad, el derecho internacional, la confianza y la fe de la gente en las instituciones democráticas”, explicó.
“No podemos seguir así”, dijo, antes de señalar que se necesita una “acción coordinada anclada en el respeto del derecho internacional y la protección de los derechos humanos”.