Esta es la segunda vez que el texto se presenta en la Cámara de Representantes. Había sido aprobado en diciembre de 2020 por la mayoría demócrata pero no llegó a ser presentado en el Senado, entonces controlado por los republicanos.
La Ley MORE despenalizaría a nivel federal la posesión, venta y producción de marihuana, actualmente considerada por la Agencia de Control de Drogas (DEA) como equivalente al LSD, la cocaína o la heroína, a pesar de que más de las tres cuartas partes de los estados de Estados Unidos han legalizado su consumo con fines médicos y un tercio lo permite con fines recreativos.
También anularía las condenas federales por delitos menores de drogas, que según los defensores conducen al encarcelamiento masivo que afecta principalmente a las minorías.
El texto introduciría además un impuesto -del 5% y que llegará a 8%- a la venta de marihuana y sus derivados, para financiar la atención y reinserción de las víctimas, en su mayoría afroestadounidenses, de la guerra contra las drogas iniciada por las autoridades del país en la década de 1980.
El proyecto “considera a la marihuana como un problema de salud pública más que como un delito y serviría para corregir el alto costo que causa su penalización en comunidades desfavorecidas y de color”, aseguró el congresista demócrata Jerrold Nadler, autor principal de la propuesta.
La organización pro-cannabis NORML acogió con satisfacción la votación, diciendo que “ya es hora de dejar de castigar a los adultos por consumir una sustancia que es objetivamente más segura que el alcohol”.