Italia deja atrás este jueves un inédito estado de emergencia que decretó hace más de dos años, cuando la pandemia solo era un temor en el resto del mundo, y empezará a desbaratar también algunos protocolos que sirvieron para gestionar la crisis, con la mirada puesta en un verano más o menos como los de antes.
La idea del Gobierno es emprender un proceso de aligeramiento progresivo de las restricciones hasta mayo, cuando se decidirá qué hacer con la mascarilla, todavía vigente en espacios cerrados.
La noche del 31 de enero de 2020 el Ejecutivo italiano se reunía de urgencia tras la detección días antes de algunos casos del “nuevo” coronavirus en turistas chinos y la solución fue tajante: proclamar un estado de emergencia que acaba hoy, 790 días después.
Aunque entonces se desconocía, lo peor estaba por llegar: veinte días después se confirmaba el primer foco occidental, en Codogno (norte) e Italia empezaba a confinarse, antes de que la Organización Mundial de la Salud decretara la pandemia global, el 11 de marzo.
“Hoy concluye el estado de emergencia pero continúa el recorrido para un regreso a la normalidad”, celebró Attilio Fontana, gobernador de Lombardía, la más azotada por el virus.