Este lunes, desde la localidad de Maskwacis, el Papa Francisco se disculpó con los pueblos indígenas de Canadá por los asesinatos, las violaciones y abusos cometidos contra los niños de los pueblos originarios que desde 1881 hasta 1996 eran separados de sus familias y llevados a la fuerza a las escuelas católicas como parte de la llamada “asimilación cultural” que el Papa calificó de “malvada” y de “error desastroso”.
El sumo pontífice ofreció su discurso cerca de dos antiguos internados, en presencia de líderes indígenas que vestían tocados de guerra con plumas de águila y más de 2.000 personas, entre ellas muchas víctimas. Allí informó que su visita a la localidad era un primer paso en su peregrinaje penitencial para pedir perdón por los crímenes cometidos por la Iglesia católica.
En sus palabras, se disculpó tres veces por las formas en que muchos católicos apoyaron “la mentalidad colonizadora de las potencias que oprimieron a los pueblos indígenas”, dijo sentirse avergonzado y quiso pedir perdón sin ambigüedades por el mal cometido.
“Lo siento, pido perdón, en particular, por la forma en que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, sobre todo a través de su indiferencia, en proyectos de destrucción cultural y de asimilación forzada promovidos por los gobiernos de esa época, que culminaron en el sistema de internados escolares”, manifestó el pontífice.
La visita corresponde a la invitación realizada por los pueblos originarios y la Comisión de la Verdad, quienes venían exigiendo una disculpa por parte de la Iglesia ante los abusos de las escuelas que arrancaron a aproximadamente 150.000 niños de sus familias para llevarlos a los internados en donde se les daba educación católica y se les castigaba por hablar sus lenguas o mantener sus costumbres.
«Llego hasta sus tierras nativas para decirles personalmente que estoy dolido, para implorar a Dios el perdón, la sanación y la reconciliación, para manifestarles mi cercanía, para rezar con ustedes y por ustedes», expresó el Papa.
El Papa ya había pedido perdón a finales de marzo, cuando se celebraron los primeros encuentros con las comunidades originarias. Durante la visita de este lunes, recordó esas conversaciones en las que le fueron entregados dos pequeños pares de zapatos mocasines como símbolo del sufrimiento de los niños, en especial por aquellos que nunca regresaron a sus hogares y como garantía de que el Papa Francisco iría con los dos pares de mocasines a Canadá para regresarlos a sus dueños y expresar las disculpas de la Iglesia católica.
“Me pidieron que devolviera los mocasines cuando viniera a Canadá, y así lo haré al final de estas breves palabras, en las que me gustaría reflexionar sobre este símbolo, que en los últimos meses ha mantenido vivo mi sentimiento de dolor, indignación y vergüenza», afirmó.
Las investigaciones
Más de 4.000 niños murieron por hambre, maltratos, abusos y enfermedades dentro de las residencias. La mayoría de ellos fueron enterrados sin identificación en fosas comunes ubicadas en los alrededores de las escuelas. Las sepulturas fueron descubiertas en los últimos años por las autoridades canadienses, atendiendo las miles de denuncias de los sobrevivientes.
En todo el país existían 139 escuelas, pero de ellas solo 66 estaban a cargo de las órdenes religiosas católicas, en donde también se presentaron abusos sexuales, que salieron a la luz por el trabajo de investigación realizado por la Comisión de la Verdad y Reconciliación, que denominó todas estas acciones de la Iglesia como un “genocidio cultural”.