(AFP)
Las tropas rusas trataron el martes de rodear a las fuerzas que «siguen resistiendo» en la estratégica ciudad de Severodonetsk, en el este de Ucrania, donde se libra una batalla con un costo humano «aterrador», según Kiev.
Esta localidad industrial que antes de la guerra tenía 100.000 habitantes, así como su vecina Lysychansk, se encuentran desde hace semanas bajo el fuego de las tropas rusas.
Su caída significaría la pérdida del último reducto de Kiev en Lugansk, una de las dos regiones que junto a Donetsk conforman la cuenca minera del Donbás.
El ejército ruso anunció que organizará el miércoles un corredor humanitario para los civiles atrincherados en la fábrica química de Azot, de Severodonetsk, y que los evacuados serán transportados a la región separatista prorrusa de Lugansk.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aseguró que el coste humano de esta batalla «es muy alto, simplemente aterrador», pero se mostró confiado un vuelco de la situación si recibe más armas occidentales.
Estados Unidos ya empezó a entregar armas pesadas a Ucrania. El secretario norteamericano de Defensa, Lloyd Austin, presidirá el miércoles una reunión en Bruselas del Grupo de Contacto para Ucrania donde se discutirá una posible aceleración de las entregas.
– Militares ucranianos «resisten» –
Para Rusia, controlar Severodonetsk allanaría el camino para hacerse con otra gran ciudad del Donbás, Kramatorsk, una etapa importante para conquistar toda esta región que en parte ya estaba en manos de rebeldes respaldados por Moscú desde 2014.
El gobernador regional de Lugansk, Serguéi Gaidai, afirmó que los rusos «intentan rodear» a los ucranianos en Severodonetsk y Lysychansk, así como en las localidades cercanas de Pryvillya y Borivske. Según Gaidai, los rusos recibieron el refuerzo de «dos grupos de batallones tácticos».