El papa Francisco confesó este miércoles que recibió como una “bofetada” los dramáticos testimonios que escuchó durante su viaje a Canadá de los indígenas víctimas de abusos en internados católicos.
“Les aseguro que en esas reuniones, especialmente en la última, recibí el dolor de esa gente como una bofetada”, aseguró el pontífice argentino durante la audiencia general semanal en el Vaticano.
El pontífice regresó el sábado de un viaje de seis días a Canadá durante el cual pidió perdón por los abusos cometidos durante décadas por la Iglesia católica a los representantes de las Primeras Naciones, mestizos e inuit.
Ante los periodistas que lo acompañaban en el vuelo de regreso a Roma, Francisco no dudo en reconocer que el trato a los indígenas en Canadá equivalía a un “genocidio”, palabra que no pronunció durante su viaje.
Escuchar a los “ancianos que han perdido hijos, que no saben dónde están” fue “un momento doloroso”, reconoció.
Francisco concluyó el viernes su viaje a Canadá en Iqaluit, capital del vasto territorio de Nunavut en el archipiélago ártico, donde volvió a pedir disculpas por la violencia en los 139 internados donde fueron enviados unos 150.000 niños indígenas desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990.
Muchos sufrieron allí abusos físicos y sexuales y se cree que al menos 6.000 murieron por desnutrición, enfermedades, maltrato o negligencia.